Al terminar la primera clase, ella salía a su taquilla a por los libros de ciencias y lengua, las dos siguientes clases. Pasaba por la puerta justo cuando, al mismo tiempo, un chico con gorra y capucha pasaba por su lado y la empujaba hacia un lado golpeándose el hombro derecho contra el marco de la puerta.
Con el golpe y una mueca de dolor, gritó debilmente.
-Perdona - se precipitó el chico - ¿Estás bien? - la cogió por los hombros.
-Emm... Si, creo que estoy bien - dijo ella sonrrojándose.
Entonces pudo mirarlo bien. Era un chico joven, de piel blanca y pelo castaño claro, o eso le pareció ver, ya que la gorra tapaba la mayoría de su pelo. Tenía los ojos marrones, o al menos eso le pareció a ella, porque la gorra le tapaba los ojos de la luz y no pudo verlos bien.
El también se quedó mirándola.
Entonces, Annie se sonrrojó sin remedio y apartó la mirada.
-Lo siento mucho - al fin reaccionó - de verdad.
-No importa, tranquilo. No ha sido nada.
-Bien. Me alegro.
Intercambiaron un par de sonrisas más y cada uno siguió su camino.
* * *
Tras dos horas más de aburridas clases, pudieron salir al patio. Dos minutos antes, los pasillos se llenaban de una masa de alumnos que avanzaba en una misma dirección.
Annie, que avanzaba en dirección contraria entre la multitud, chocó contra alguien y salió disparada hacia el chico de la gorra. Este estaba apoyado en una de las taquillas cercanas a la suya un poco más hacia la derecha.
No la vio venir hasta que no la tuvo casi encima.
Ella cerró los ojos justo cuando chocaba contra él. Este la agarró para que no cayese al suelo y su gorra salió disparada hacia la derecha y después cayó al suelo.
Entonces Annie pudo levantar la mirada y verle la cara. Era él. El chico con el que había chocado antes. La gorra ya no estaba en su cabeza y pudo dejar su pelo a la vista. Per ella no miraba el pelo. Miraba los maravillosos ojos del chico. Eran de un color verde oscuro, casi grisaceo; eran mucho más bonitos de lo que le parecieron antes.
-Vaya... Hoy no paramos de chocarnos... - dijo el chico, y ella pareció despertar de pronto.
Se quedaron mirándose a los ojos, el uno del otro.
-Heeyy!! - exclamó un chico alto y rubio,interrumpiéndolos y haciéndolos despertar como si de un sueño se tratara - ¿Qué ha pasado, Peter? ¿Ya te has echado nueva novia?¿No estabas tan jodido por lo de la otra? - preguntó guiñándole el ojo a Annie.
-Eeeh... No, yo no... - se apresuró a decir ella.
-No somos pareja - respondió Peter por ella, Estaba muy serio. No parecía hacerle mucha gracia que le dijeran aquello - solo somos amigos.
Amigos tampoco era la palabra, habían hablado dos veces en su vida, pero decir "no, es la primera vez que hablo con ella" tampoco habría sonado muy creíble.
-Bueno... - dijo el chico poco convencido - En cualquier caso, quería decirte que mi cumpleaños es este sábado y te quería invitar a ti y a tu amiguita a las seis a tomar un helado en La Heladería De Ben...Tiene que venir ella, acuérdate. - repitió señalándola.
-Vale, Billy... - respondió Peter, y de pronto pareció mucho más mayor de lo que era.
Cuando el llamado Billy se hubo marchado, Annie pudo darse cuenta de que seguían abrazados. Él, que había seguido con la mirada a Billy, también se dio cuenta y la miró un poco extrañado.
-Oh, perdona - se disculpó Annie separándose de él bruscamente.
-¿Querrás ir a lo de Billy? - le preguntó Peter dubitativo.
-Bueno... Puede que sea divertido... - preguntó con una media sonrisa traviesa.
-Menos mal, porque como no vaya con una chica no dejará que me siente en la misma mesa que él.
Entonces los dos se echaron a reír.
-Iré a recogerte a tu casa sobre las cinco y media ¿vale? - cambió de tema Peter - Te doy mi teléfono y me mandas la dirección por WhatsApp. Si me das un papel...
-Tengo una libreta en mi taquilla - le invitó.
Caminaron un par de metros y cuando Annie fue a abrir el candado se dio cuenta de que le temblaban las manos. Se preguntó por qué sería. Cuando sacó la libreta, arrancó un trozo y se lo dio a Peter que la observaba con curiosidad. También le dio un bolígrafo y este empezó a escribir apoyado en la taquilla de al lado.
Lo miró. El primer día le llamó la atención ese chico. No supo exactamente que pasó, ahora solo sabe que desde que pasó nada volvió a ser como antes. Era extraño. No sabía por qué pero no quería que acabase ese momento. No quería quedarse sola de nuevo. Había sido la primera persona con la que había tenido una conversación de dos frases y se habían entendido a la perfección.
-Ya está, toma - se lo ofreció y ella lo cogió con una sonrisa un poco forzada. Ella no miró el papel, se conformó con mirar los cálidos ojos del chico.
-Gracias - dijo sin parar de mirarlo. Cerró la taquilla de un golpe seco y se guardó el papelito en uno de los bolsillos del pantalón - Bueno, nos vemos el sábado, ¿no?
-Pero podremos vernos antes... ¿verdad? - preguntó Peter burlonamente.
Y con la más sincera de sus sonrisas, ella contestó:
-Claro.
!Genial!
ResponderEliminarMe encanta!!
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