martes, 6 de mayo de 2014

EN LA ORILLA DE UN LAGO

Desde niño, le habían contado miles de leyendas. Pero él no llegaba a creerselas nunca. Siempre le había parecido una tontería inventar cosas, sabiendo que nunca existirían.
Pero un dia, su vida cambió para siempre.
Era un dia de sol, un dia perfecto para ir a cazar un par de conejos al bosque. Dos horas después de haber salido de casa, ya tenía tres conejos y dos ardillas. Era bueno con el arco, había que reconocerlo.
Mientras descansaba en la orilla de un lago, escuchó algo, un extraño aleteo. Miró hacia todas paretes, pero no vio nada, hasta ese mismo instante. Vio por encima de su cabeza un dragón. Un dragón escamado de color azul como la noche. Era enorme con dos grandes alas con toques de color blanco. Tenía una larga cola de su mismo color.
De prontó se dio cuenta de que pensaba beber agua, se le veía cansado.
Y sintió una ganas enormes de esconderse. Corrió detrás de una gran roca. Se escondió y observó, estaba muy impresionado con la criatura que acababa de posarse en tierra e hizo que temblara todo el terreno.
De pronto divisó algo que no había visto. Algo que volaba a lomos del dragón. Una figura. Una sombra. Parecía humana pero llevaba una gran capa negra y no se le veía la cara.
Se dio cuenta de que el animal sangraba en una de las alas.
 La figura quiso curarla, pero, de pronto, dos hombres grandes y pesados se le acercaron con dos mazas cada uno, una en cada mano.
La sombra estaba indefensa, o eso le parecía a él, que no se había movido en ningún momento. El dragón agitó la cola, intentando llegar a uno de los hombres, pero este lo esquivó con un simple movimiento. El otro se encaraba a la persona oculta agitando las dos mazas, mientras el otro se le acercaba sigilosamente por detrás. El de las dos mazas le quitó la capucha bruscamente. Y apareció una joven. Parecía muy guapa. El espectador, en un intento suicida de salvarla, lanzó una flecha al hombre de detrás. Le dio de pleno en el pecho. Entonces la joven, aprovechando el movimiento de distracción, lo empujó hacia atrás y el dragón lo adentró en sus fauces de un solo mordisco.
Entonces pudo fijarse más en la chica. Por un momento se olvidó de respirar.

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