Se estremeció. No había tenido muchos amigos pero nunca se había sentido tan sola. Se había perdido en un bosque de árboles frondosos que con sus hojas cubría hasta el trozo de cielo mas escondido. A penas veía sombras que se reían de ella a cada paso que daba. Tropezó. Calló sobre el suelo embarrado. Las lágrimas afloraron en sus ojos. Se sentía perdida, sola, únicamente quería sentarse y llorar. Llorar hasta que la última lágrima rodase por su mejilla hasta caer al vacío; pero sabía que no podía, no podía abandonar así. Tenía que seguir. No tenía mucho tiempo, eso lo sabía. Se levantó a duras penas. Tenía heridas y arañazos por brazos y piernas, iba con una capa verde musgo que le prtegía del fuerte viento. Su pelo negro se agitaba majestuosamente y sus manos sucias por la tierra se agarraban a ramas y troncos.
- Tengo que conseguirlo, solo necesito tiempo - pensó.
-"Pero no lo tienes"- dijo una vocecita en su cabeza. Sonaba suave y dulce pero al mismo tiempo amenazadora.
Estuvo a punto de caer con una de las raices del arbol al que se había agarrado con ambas manos. Se pegó a él con la ilusión de que le diese un poco de calor. Fue rechazada. Se arrodilló, se recogió hasta rodearse las piernas con los brazos.
Tardó unos minutos en conciliar el sueño. Cuando lo hizo se quedó así, con la cara sucia de barro y lágrimas entre las manos, con las piernas recojidas y tapadas por la capa y aterrada por las sombras que, aunque no veía, notaba su presencia. Así fue como se sumió en una pesadilla de terror.
Con la colaboración de Lucía Serra.
Qué miedo, ¿no? ¿Qué va a pasar? Me tienes intrigada...
ResponderEliminarQué más, qué más??? Venga sigue, que me encanta!
ResponderEliminarno nos puedes dejar asi!!!! algo mas pasara no???
ResponderEliminarSí tiene buena pinta, de momento engancha y te llena de intriga. Pero haces bien de no contarlo todo, nos quedamos con las ganas y si va ha ser una novela, ¡¡No cuentes más!! que se copian.
ResponderEliminarTu Yaya