miércoles, 16 de abril de 2014

EMILY

Estar ausente, no es estar en las nubes, como suele decirse. Es algo mucho más fuerte. Es dejar de estar aquí, es perderse en un mundo que, quizá, no exista, es olvidarse de todo lo que te rodea.
Eso, al menos, Emily lo tiene muy claro. Ella siempre está ausente. Y no habla. Nunca. Ahora lo ve completamente inecesario. Claro, antes no lo veia de esa manera. Antes hablaba. Y mucho.
Desde la pérdida de parte de su memoria y su familia ( a causa de un accidente de tráfico)  decidió dejar de hablar.
Ahora vive en la residencia del hospital, como psicópata y la vigilan a todas horas.
Siempre va con su bata blanca y unos calcetines de lana rojos, que le vienen grandes. El pelo negro, y desigual le cae por los hombros. Está muy pálida y tiene grandes y oscuras hojeras bajo los ojos, negros como el carbón.
Tiene un psicólogo que la visita frecuentemente. Él le habla y le pregunta, a ver si tiene ganas de contestarle. Pero nunca lo consigue.
No suele hacer caso a nada de lo que le piden los de la residencia. Come cuando quiere, duerme cuando quiere, se levanta cuando quiere y siempre lo hace todo para su propio beneficio, no se siente culpable cuando le tira un vaso de agua helada a alguien sin querer, ni se molesta en pedir disculpas
Normalmente se despierta sobre las diez y media. No desayuna. Se va a dar un paseo por los jardines ( una recomendación del psicólogo), luego va al comedor para ver que hay. Si tiene hambre, coje lo que más le gusta, se lo lleva a la habitación, y se lo come allí mirando por la ventana que da a la calle.
Después se dedica a vagear por todo el hospital, hasta que los recepcionistas cierran y llaman a uno de los de la residencia y la acompaña hasta su habitación la arropa y le da las buenas noches y después se va.
Y ella se queda sola tumbada boca arriba en la habitación blanca, a oscuras, mirando el techo.
Así puede pasar horas, hasta que el sueño le vence, le cierra los ojos y duerme. Y sueña. Sueña con su vida de antes; con todos y cada una de las facciones de su padre, su madre y sus hermanos.
Cuando de pronto, recuerda algo. Una simple imagen borrosa podría salvarla de su horrible depresión.
No todos a los que queria estaban en ese coche.

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